¿Lo podemos llamar intrusismo?

El presente Post viene a colación de una conversación que mantuve hace unos días con una amiga en una cafetería próxima a un Centro de Salud.

Eran sobre las 12,30h, y después de un rato de espera, nos atendió un camarero muy simpático vestido exactamente igual que si estuviera con sus amigos tomando unas cañas: zapatillas de deporte, pantalón vaquero raído, su camisa de manga corta de colores chillones y barba de tres días.

El interior del establecimiento en consonancia con lo señalado. Falta de mantenimiento de instalaciones, escasa iluminación, suciedad en los aseos, cristales de todo menos limpios…

Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue el estado de los alimentos en la vitrina de la barra, así como la suciedad en los rincones de la misma.

Al comentar todo lo anterior con mi amiga, me señaló que la clientela del negocio valora muy positivamente la amabilidad y buen trato del personal.

Coincido en que éste es un elemento muy importante a tener en cuenta, pero observo que los aspectos señalados se repiten en distintos Bares y Cafeterías que frecuento a diario.

Mi valoración personal coincide con la reflexión realizada por Josep María Vallsmadella en relación a la necesidad de frenar el intrusismo existente en Hostelería, que desprestigia continuamente al sector e impide avanzar a un mayor ritmo en la profesionalización del mismo.

Profesionales sin estudios reglados de Hostelería ejercen su oficio de manera profesional a diario, pero aún existe otro colectivo que juega a diario con la salud del consumidor y con la valoración social de sus profesionales.

Algo se deberá hacer en este sentido si queremos posicionar a España como Destino Gastronómico de referencia a nivel internacional.